domingo, 14 de octubre de 2012

UN PROGRAMA PARA VIVIR

Por la noche, cuando nos acostamos, revisamos constructivamente nuestro día… Al despertar, pensemos en las veinticuatro horas que tenemos por delante… Antes de empezar, le pedimos a Dios que dirija nuestro pensamiento, pidiendo especialmente que esté disociado de motivos de auto conmiseración, falta de honradez y de egoísmo.

ALCOHOLICOS ANONIMOS, p.80


A mí me faltaba serenidad. Con más trabajo del que parecía posible, aunque me esforzara mucho, cada vez estaba más atrasado. Las preocupaciones por las cosas que no había hecho ayer y el temor de los plazos límite de mañana me quitaban la calma que yo necesitaba para ser eficaz cada día. Antes de dar los Pasos Décimo y Undécimo, empecé a leer párrafos como el citado arriba. Trataba de enfocarme en la voluntad de Dios, no en mis problemas y confiar en que Él manejaría mi día. ¡Dio resultados! Lentamente, pero dio resultados.

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