domingo, 7 de julio de 2013

…Y DESPRENDERSE DE ÉL

…Miedo principalmente de perder algo que ya teníamos o de no obtener algo que exigíamos. Viviendo a base de exigencias no satisfechas, estábamos en un continuo estado de perturbación y frustración. Por consiguiente, era indispensable, si queríamos disfrutar algún grado de tranquilidad, reducir nuestras exigencias. Cualquiera sabe la diferencia que hay entre una exigencia y una petición.

 

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 85

 

Para mí, la paz es posible solamente cuando renuncio a mis expectativas. Cuando estoy atrapado en pensamientos respecto a lo que yo quiero y lo que debo recibir, estoy en un estado de temor o de anticipación inquieta y esto no conduce a la sobriedad emocional. Yo debo rendirme, una y otra vez, a la realidad de mi dependencia de Dios, porque entonces encuentro la paz, la gratitud y la seguridad espiritual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario