UNA MIRADA ADENTRO
Queremos descubrir exactamente cómo, cuándo y dónde deformaron éstos nuestros instintos naturales. Queremos mirar de frente la desdicha que, por ella, ha causado a otros y a nosotros mismos. Descubriendo cuáles son nuestras deformaciones emocionales, podremos corregirlas.
DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 42
Hoy ya no soy esclavo del alcohol, sin embargo, hay muchas maneras en que la esclavitud todavía amenaza a mi persona, a mis deseos, incluso a mis sueños. Empero, sin sueños yo no puedo existir; sin sueños no hay nada que me mantenga moviéndome hacia delante.
Para liberarme debo mirarme por dentro.
Tengo que recurrir al poder de Dios para enfrentarme a la persona que más he temido, mi verdadero yo, la persona que Dios quería que yo fuera. A menos que pueda o hasta que lo haga, siempre seguiré huyendo y nunca seré verdaderamente libre. Diariamente le pido a Dios que me enseñe tal libertad.
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