DOCE PASOS
Y DOCE TRADICIONES, p. 15
Para mí, el
acto de la Providencia (una manifestación de cuidado y dirección divina) ocurrió
cuando yo experimentaba la quiebra total del alcoholismo activo, todo lo
significativo de mi vida había desaparecido. Llamé por teléfono a Alcohólicos
Anónimos y, desde ese instante, mi vida nunca ha sido la misma. Al reflexionar
sobre ese momento muy especial, sé que Dios estaba trabajando en mi vida mucho
antes de que yo reconociera y aceptara conceptos espirituales. Mediante este
único acto de la Providencia pude quitarme de la bebida y empezar mi viaje hacia
la sobriedad. Mi vida continúa desarrollándose con cuidado y dirección
divina.
El Primer
Paso, admitir que yo era impotente ante el alcohol y que mi vida se había vuelto
ingobernable, cobra cada día más sentido para mí, un día a la vez, en la
Comunidad salvadora y vivificadora de Alcohólicos Anónimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario