viernes, 3 de mayo de 2013

LIMPIEZA DE CASA

Quién sabe por qué, el encontrarnos solos con Dios no nos parece tan embarazoso como enfrentarnos a otra persona. Nuestra buena voluntad de ventilar nuestras dificultades no pasa de ser teórica hasta que nos sentamos y hablamos de lo que tanto tiempo hemos ocultado.

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 63

Para mí no era raro hablar con Dios y conmigo mismo acerca de mis defectos de carácter. Pero, sentarme frente a frente y discutir abiertamente estas cosas tan íntimas con otra persona era mucho más difícil. Sin embargo, yo reconocí en esta experiencia un alivio similar al que experimenté cuando admití por primera vez que era alcohólico. Empecé a apreciar el significado espiritual del programa y que este Paso era solamente una introducción a lo que iba a venir en los siete Pasos restantes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario