miércoles, 8 de mayo de 2013

UN LUGAR DE DESCANSO

En todos los Doce Pasos de A. A. se nos pide ir en contra de nuestros deseos naturales… estos nos desinflan el ego. En lo que respecta a desafiar el ego, pocos Pasos son tan difíciles de practicar como el Quinto. Pero casi ninguno de los otros es tan necesario como éste para lograr la sobriedad duradera y la tranquilidad espiritual.

 

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 57

 

Después de poner por escrito mis defectos de carácter, no tenía deseos de hablar sobre ellos y decidí que era hora de dejar de llevar esta carga solo. Tenía que confesar estos defectos a alguien más. Yo había leído, y se me había dicho, que no podría mantenerme sobrio a menos que lo hiciera. El Quinto Paso me daba un sentimiento de pertenecer, con humildad y serenidad cuando lo practicaba en mi diario vivir. Fue importante admitir mis defectos de carácter en el orden que se presentan en el Quinto Paso: “Ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano.” Admitirlo ante Dios prepara el terreno para la admisión ante mí mismo y ante otra persona. Como lo describe la práctica del Paso, una sensación de unidad con Dios y con mi prójimo me llevó a un lugar de descanso en donde me podía preparar para los otros Pasos hacia una sobriedad completa y llena de significado.

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