lunes, 27 de agosto de 2012

CENTRAR NUESTROS PENSAMIENTOS

Cuando se desató la Segunda Guerra Mundial, este principio espiritual tuvo su prueba máxima. Los miembros de A. A. que prestaron su servicio militar, se diseminaron por todo el mundo. ¿Aceptarían la disciplina, se mantendrían firmes bajo fuego, soportarían la monotonía y las calamidades de la guerra?

TAL COMO LA VE BILL, No. 200

Centraré mis pensamientos en un Poder Superior. Lo entregaré todo a ese poder dentro de mí. Seré un soldado de ese poder, sintiendo la fuerza del ejército espiritual, tal como existe hoy en mi vida. Permitiré que una ola de unión espiritual me conecte a este Poder Superior por medio de mi gratitud, obediencia y disciplina; que yo permita que este poder me guíe con órdenes para el día; que los pasos que dé hoy puedan fortalecer mis palabras y mis acciones; que yo sepa que el Mensaje que llevo es mío para compartir, regalo generoso de este Poder Superior a mí mismo.

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