domingo, 8 de septiembre de 2013

“PEDIMOS SU PROTECCION”

Entregándonos totalmente, le pedimos a Dios su protección y cuidado.


ALCOHOLICOS ANONIMOS, p. 54


 

Yo no podría manejar mi vida solo. Había tratado de hacerlo y fracasé. Mi “pecado máximo” me arrastró al nivel más bajo que haya podido llegar e, incapaz de funcionar, acepté el hecho de que desesperadamente necesitaba ayuda. Dejé de luchar y me entregué totalmente a Dios.

Solamente entonces empecé a desarrollarme. Dios me perdonó. Un Poder Superior tenía que haberme salvado, porque los doctores dudaban de que yo pudiera sobrevivir. Ahora me he perdonado a mí mismo y disfruto de una libertad que nunca había experimentado antes. He abierto mi corazón y mi mente a Él. Cuanto más aprendo, menos sé, una realidad para la humildad, pero sinceramente quiero seguir desarrollándome. Disfruto de serenidad, pero solamente cuando confío mi vida totalmente a Dios. Mientras que yo sea honesto conmigo y pida Su ayuda, puedo seguir manteniendo esta existencia gratificadora.

Sólo por hoy, me esfuerzo por vivir sobrio y de acuerdo a Su Voluntad.

Doy gracias a Dios que hoy puedo optar por no beber. ¡Hoy la vida es bella!

1 comentario:

  1. y siempre está esa mano extendida para todo aquel que solicite y extienda la suya... no sólo es el recibir... sino el saber dar.

    excelente día!

    ResponderEliminar