No te desanimes.
ALCOHOLICOS ANONIMOS, p. 56
Hay pocas experiencias que tengan para mí menos valor que la sobriedad lograda con rapidez. Con demasiada frecuencia las esperanzas poco realistas han acarreado el desaliento, sin mencionar la lástima de mí mismo y el cansancio por haber querido cambiar el mundo antes del sábado que viene. El desaliento es una señal que me advierte la posibilidad de haber pisado el terreno de Dios. La clave de realizar mis posibilidades está en reconocer mis limitaciones y en creer que el tiempo no es una amenaza sino un regalo.
La esperanza es la llave que abre la puerta por la que salimos del desconsuelo. El programa me promete que, si no me tomo el primer trago hoy, siempre tendré esperanza. Habiendo llegado a creer que guardo lo que comparto, cada vez que le doy ánimo a otro se me da ánimo. Unido con otros, por la gracia de Dios y
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