De alguna manera, el sentirnos solos con Dios no nos parece tan dificultoso como
encarar otra persona. Mientras no nos sentemos a hablar en voz alta sobre todo
aquello que hemos escondido durante largo tiempo, nuestra buena disposición para
limpiar totalmente nuestra casa no pasará de ser una mera teoría.
DOCE
PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 64
Para mí no era raro hablar con Dios y
conmigo mismo acerca de mis defectos de carácter. Pero, sentarme frente a frente
y discutir abiertamente estas cosas tan íntimas con otra persona, era mucho más
difícil, Sin embargo, yo reconocí en esta experiencia un alivio similar al que
experimenté cuando admití por primera vez que era alcohólico. Empecé a apreciar
el significado espiritual del programa y que este Paso era solamente una
introducción a lo que iba a venir en los siete Pasos restantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario