Hay una unión directa entre el examen de sí mismo y la meditación y la oración. Separadamente pueden proporcionar gran alivio y beneficio…
DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 113
Si hago primero mi autoexamen, entonces tendré, sin duda, la suficiente humildad para orar y meditar porque veré y sentiré la necesidad de hacerlo. Algunos prefieren empezar y terminar con la oración, dejando un intervalo para el autoexamen y la meditación, mientras que hay otros que empiezan con la meditación, esperando el consejo de Dios respecto de sus aún desconocidos o no reconocidos defectos. Hay todavía otros que hacen su trabajo por escrito y terminan con una oración de alabanza y gratitud. Estos tres, el autoexamen, la meditación y la oración, forman un círculo sin principio ni fin. Dondequiera o como quiera que empiece, acabo llegando a mi destino: Una vida mejor.
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