martes, 20 de noviembre de 2012

“TU VOLUNTAD, NO LA MIA”

…cuando se hagan peticiones específicas, será bueno añadirle a cada uno esta salvedad: “…si es Tu Voluntad.”

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 119


Yo simplemente pido durante el día que Dios me dé la mejor comprensión de Su voluntad, que yo pueda tener para ese día y que se me conceda la gracia para cumplirla.
Según transcurre el día, puedo hacer una pausa cuando me encuentro en situaciones que debo enfrentar, o con otras decisiones que debo tomar y renovar la simple petición: “Hágase Tu voluntad, no la mía”.
Siempre debo tener en mente que en todas las situaciones yo soy responsable del esfuerzo y Dios es responsable del resultado. Puedo “desprenderme y dejárselo a Dios” repitiendo humildemente: “Hágase Tu voluntad, no la mía,” La paciencia y la perseverancia en buscar Su voluntad para conmigo me librarán del dolor que dan las expectativas egoístas.

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