miércoles, 21 de noviembre de 2012

UNA ORACIÓN CLASICA

Señor, has de mí conducto de Tu paz, para que allí donde haya odio, pueda llevar amor; para que donde haya el mal, pueda llevar el espíritu del perdón; para que donde haya discordia, pueda llevar la armonía; para que donde haya error, pueda llevar la verdad; para que donde haya la duda, pueda llevar la fe; para que donde haya el desconsuelo, pueda llevar la esperanza; para que donde haya tinieblas, pueda llevar la luz; para que donde haya tristeza, pueda llevar alegría. Señor, concédeme que yo pueda consolar y no ser consolado; comprender y no ser comprendido; amar y no ser amado. Porque para encontrarse hay que olvidarse de sí mismo. Perdonando seremos perdonados. Al morir, es cuando despertamos a la Vida Eterna. Amén.


DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 115


No importa en qué parte de mi desarrollo espiritual me encuentre, la oración de San Francisco me ayuda a mejorar mi contacto consciente con el Dios de mi entendimiento. Creo que una de las grandes ventajas de mi fe en Dios está en que yo no lo comprenda a Él o a Ella o a Ello. Puede ser que mi relación con mi Poder Superior sea tan fructífera que yo no tengo que comprenderlo. Sólo estoy seguro de que si practico el Undécimo Paso regularmente, lo mejor qu3e pueda, continuaré mejorando mi contacto consciente, que conoceré Su voluntad para conmigo y que tendré la fortaleza para cumplirla.

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