Encontramos
ALCOHOLICOS ANONIMOS, pp. 51 – 52
Yo busqué ayuda de A. A. desde las profundidades de la soledad, de la depresión y de la desesperación. Según iba recuperándome y enfrentándome al vacío y la ruina de mi vida, empecé a abrirme a la posibilidad del sanar que ofrece la recuperación por medio del programa de A. A. Asistiendo a las reuniones, manteniéndome sobrio y practicando los Pasos, tuve la oportunidad de escuchar con creciente atención a las profundidades de mi alma. Con esperanza y gratitud esperé diariamente esa creencia segura y amor constante que tanto deseaba en mi vida. En este proceso encontré a mi Dios como yo lo concibo.
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