lunes, 25 de junio de 2012

UNA CALLE DE DOS SENTIDOS

Si se lo pedimos, Dios seguramente nos perdonará negligencias. Pero en ningún caso nos dejará blancos como la nieve, si no aportamos nuestra colaboración.

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, pp. 69 – 70

Cuando yo rezaba, acostumbraba omitir muchas cosas por las cuales necesitaba ser perdonado. Creía que si no mencionaba esas cosas a Dios, Él nunca sabría nada de ellas. No sabía que si yo me perdonaba por algunas de mis deudas pasadas, Dios también me perdonaría. Siempre se me había enseñado a prepararme para el viaje a través de la vida, sin darme cuenta nunca hasta llegar a A. A., cuando sinceramente llegué a estar dispuesto a que se enseñara el perdón y el perdonar, que la vida en sí es el viaje. El viaje de la vida es un viaje feliz, siempre que esté dispuesto a aceptar el cambio y la responsabilidad.

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