viernes, 29 de agosto de 2014

ESCOJO EL ANONIMATO

Estamos convencidos de que la humildad, por medio del anonimato, es la mayor protección que siempre podrán tener los alcohólicos anónimos.

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 234

Ya que en A. A. no hay reglas, yo me sitúo donde más me conviene, así es que escojo el anonimato. Quiero que mi Dios me utilice a mí, humildemente, como uno de sus instrumentos de este Programa. El sacrificio es el arte de dar de mí generosamente, permitiendo que la humildad reemplace a mi ego. Con sobriedad, yo reprimo el deseo de gritar al mundo “yo soy miembro de A. A.”, y experimento alegría y paz interior. Permito que la gente vea los cambios en mí y espero que ellos me pregunten qué me sucedió. Pongo los Principios de espiritualidad antes de juzgar, de buscar faltas y de criticar. Quiero amor y cariño en mi Grupo para poder desarrollarme.

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