domingo, 19 de enero de 2014

FE A TODA HORA

La fe tiene que operar en y a través de nosotros las veinticuatro horas del día, o de lo contrario pereceremos.


ALCOHOLICOS ANONIMOS, p.15



La esencia de mi espiritualidad, y de mi sobriedad, descansa en una fe que dura las veinticuatro horas de cada día, fe en un Poder Superior. Tengo que confiar en Dios de mi entendimiento y tenerlo siempre presente según sigo adelante con mis actividades diarias. ¡Qué reconfortante es para mí la idea de que Dios obra en y por medio de la gente! Al hacer una pausa en mi rutina cotidiana ¿traigo a la memoria ejemplos concretos y particulares de la presencia de Dios? ¿Me siento maravillado e inspirado por la multitud de veces en las que este poder se pone de manifiesto? Estoy rebosante de gratitud por la presencia de Dios en mi vida de recuperación.

De no tener esta fuerza omnipotente en todas mis actividades, volvería a hundirme en ese abismo de enfermedad y muerte.

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