sábado, 18 de enero de 2014

¿TE AYUDARÍA UN TRAGO?

Repasando nuestros historiales de bebedores, podríamos demostrar que años antes de que nos diéramos cuenta, ya habíamos perdido el control; que desde entonces ya no debíamos por hábito únicamente y que en realidad era el comienzo de una progresión fatal.


DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 18



Cuando yo todavía estaba bebiendo, no podía responder a cualquier situación de la vida como lo podía otra gente más sana. El más pequeño de los incidentes me producía un estado de ánimo tal, que creía necesario tomarme un trago para adormecer mis sentimientos. Pero el adormecimiento no mejoraba la situación, así es que tenía que buscar nuevo escape en la botella. Hoy tengo que estar consciente de mi alcoholismo. No puedo darme el lujo de creer que yo he adquirido el control sobre mi forma de beber o pensar otra vez que he reconquistado el control de mi vida. Tal sentimiento de control es fatal para mi recuperación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario