No nos lamentaremos por el pasado ni desearemos cerrar la puerta que nos lleva a él.
ALCOHOLICOS ANONIMOS, p. 78
Una vez que logré mi sobriedad, empecé a ver el desperdicio que mi vida había sido y experimenté sentimientos sobrecogedores de culpabilidad y de arrepentimiento. Los Pasos Cuarto y Quinto del programa me ayudaron enormemente a aliviar aquellos molestos arrepentimientos.
Supe que mi egocentrismo y deshonestidad retoñaban en alto grado por mi forma de beber y que yo bebía porque soy un alcohólico. Ahora veo que aun mis más desagradables experiencias pueden transformarse en oro porque, como alcohólico sobrio, puedo compartirlas para ayudar a mis compañeros alcohólicos y, en particular, a los recién llegados. Ahora, varios años sobrio en A. A., ya no me lamento del pasado; simplemente estoy agradecido por estar consciente del amor de Dios y por la ayuda que puedo dar a otros en la Comunidad.
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