jueves, 9 de enero de 2014

UN ACTO DE LA PROVIDENCIA

 

Es algo verdaderamente espantoso admitir que nosotros, con la copa en la mano, hemos torcido nuestras mentes hacia una obsesión de beber en forma tan destructiva que solamente un acto de la Providencia pudo remover.

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 15

Para mí, el acto de la Providencia (una manifestación de cuidado y dirección divina) ocurrió cuando yo experimentaba la quiebra total del alcoholismo activo, todo lo significativo de mi vida había desaparecido. Llamé por teléfono a Alcohólicos Anónimos y, desde ese instante, mi vida nunca ha sido la misma. Al reflexionar sobre ese momento muy especial, sé que Dios estaba trabajando en mi vida mucho antes de que yo reconociera y aceptara conceptos espirituales. Mediante este único acto de la Providencia pude quitarme de la bebida y empezar mi viaje hacia la sobriedad. Mi vida continúa desarrollándose con cuidado y dirección divina.

El Primer Paso, admitir que yo era impotente ante el alcohol y que mi vida se había vuelto ingobernable, cobra cada día más sentido para mí, un día a la vez, en la Comunidad salvadora y vivificadora de Alcohólicos Anónimos.

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