sábado, 26 de julio de 2014

EL “VALOR” DE LA SOBRIEDAD

Todo Grupo de A. A. debe mantenerse completamente a sí mismo, negándose a recibir contribuciones de afuera.

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 195

Cuando salgo de compras miro los precios y, si necesito lo que veo, lo compro y lo pago. Ahora que estoy en rehabilitación, tengo que corregir mi vida. Cuando voy a una reunión, tomo café con azúcar y crema, algunas veces más de una taza. Pero a la hora de la colecta, o estoy muy ocupado para sacar dinero de mi cartera o no tengo lo suficiente, pero estoy ahí porque necesito esta reunión. Oí a alguien sugerir que se debe echar en la cesta el precio de una cerveza y pensé, ¡eso es demasiado! Casi nunca doy un dólar. Como muchos otros, yo confío en que los miembros más generosos financian la Comunidad. Me olvido que se necesita dinero para el alquiler del local de reuniones, comprar café, leche, azúcar y tazas. Gustoso pago un dólar por una taza de café en un restaurante después de la reunión; siempre tengo dinero para eso. Así es que, ¿cuánto valen mi sobriedad y mi paz interior?

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