domingo, 20 de octubre de 2013

CONSUELO PARA LA CONFUSION

Evidentemente, el que se aparta de la fe entra en una gran confusión. Piensa que para él no hay consuelo en ninguna convicción de fe. No puede lograr ni siquiera en mínimo grado la seguridad del creyente, del agnóstico o del ateo. Es un individuo desorientado.


DEOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 25



Durante mis primeros años de sobriedad, yo me resistía al concepto de Dios. Las imágenes que me venían, ligadas a mi pasado, estaban cargadas de temor, rechazo y condena. Entonces oí describir a mi amigo Ed la imagen que tenía de un Poder Superior: Cuando era niño se le había permitido tener una camada de perritos, siempre que asumiera la responsabilidad de cuidar de ellos. Todas las mañanas encontraba las inevitables evacuaciones de sus perritos en el piso de la cocina. A pesar de sus frustraciones, Ed decía que no podía enojarse porque esto es “natural” en los cachorritos. Ed decía que Dios ve nuestros defectos y faltas con una comprensión y cariño similares. A menudo he encontrado alivio a mi confusión personal en el concepto tranquilizador que Ed tenía de Dios.

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