Aún cuando nos esforzamos por aferrarnos, puede que la paz y la alegría sigan eludiéndonos. Y éste es el punto al que hemos llegado tantos veteranos de A. A. Y es un punto literalmente infernal. ¿Cómo se puede armonizar nuestro inconsciente, de donde surgen todavía tantos de nuestros temores, obsesiones y falsas aspiraciones, con lo que realmente creemos, sabemos y queremos? Nuestra principal tarea es cómo convencer a nuestro nudo, rabioso y oculto “Sr Hyde”.
EL LENGUAJE DEL CORAZON, pp. 236-237
La asistencia frecuente a las reuniones, el servir y ayudar a otros es la receta que muchos han probado y que les ha resultado eficaz. Cuando me desvío de estos principios, brotan de nuevo mis costumbres del pasado y reaparece mi viejo ser, con todos sus temores y defectos.
La meta final de todos los miembros de A. A. es la sobriedad permanente, lograda un día a la vez.
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