jueves, 14 de febrero de 2013

ESPERANZAS Y EXIGENCIAS

Graba en la conciencia de cada individuo el hecho de que se puede poner bien a pesar de cualquier otra persona. La única condición es que confíe en Dios y haga una limpieza en su interior.

ALCOHOLICOS ANONIMOS, p.91


En nuestras reuniones a menudo tratamos el tema de las esperanzas. No tiene nada de malo esperar progresos de mí mismo, buenas cosas de la vida o buen trato por parte de otra gente. Lo malo está en dejar que mis esperanzas se conviertan en exigencias. No lograré ser lo que quiero ser y las situaciones se desarrollarán de tal manera que no me complacerán, porque la gente de vez en cuando me fallará. La única pregunta es: “¿Qué voy a hacer al respecto?” ¿Sumirme en la ira o en la lástima de mí mismo? ¿Vengarme y hacer que la situación vaya de mal en peor? O, ¿confiaré en el poder de Dios para traerme bendiciones a los líos en los que me encuentre? ¿Le preguntaré a qué debo dedicarme para aprender? ¡Sigo haciendo las debidas cosas que yo sé hacer, sea lo que sea? ¿Me tomo la molestia de compartir mi fe y mis bendiciones con otras personas?

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