viernes, 9 de mayo de 2014

CAMINAR A TRAVES DEL MIEDO

 

Si todavía nos aferramos a alguna (cosa) de la que no queremos desprendernos, le pedimos a Dios que nos ayude a tener buena voluntad para hacerlo.

ALCOHOLICOS ANONIMOS, p. 70

 

Cuando ya había dado mi Quinto Paso, me di cuenta de que todos mis defectos de carácter eran el resultado de mi necesidad de sentirme seguro y amado. Usar solamente mi voluntad para trabajar en ellos hubiera sido tratar obsesivamente de resolver el problema. En el Sexto Paso intensifiqué la acción que puse en los tres primeros Pasos: Meditar el Paso diciéndolo una y otra vez, ir a reuniones, seguir las sugerencias de mi padrino, leer y buscar dentro de mí. Durante los primeros tres años de sobriedad tenía miedo de entrar sola en un ascensor. Un día decidí que debía hacer frente a este temor. Le pedí ayuda a Dios, entré al ascensor y allí en un rincón había una señora llorando. Me dijo que desde el fallecimiento de su esposo ella había tenido un miedo mortal a los ascensores. Yo olvidé mi temor y la conforté. Esta experiencia espiritual me ayudó a ver que la buena voluntad era la llave para el resto de los Doce Pasos hacia la recuperación. Dios ayuda a aquellos que se ayudan a sí mismos.

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