viernes, 23 de mayo de 2014

SALUD ESPIRITUAL

 

Cuando es superado el mal espiritual, nos componemos mental y físicamente.

ALCOHOLICOS ANONIMOS, p. 60

 

Es muy difícil para mí aceptar mi enfermedad espiritual debido a mi gran orgullo disfrazado de mi éxito material y de mi poder intelectual. La inteligencia no es incompatible con la humildad, siempre y cuando yo coloque la humildad en primer término. Buscar el prestigio y la fortuna es la meta primordial para muchos en este mundo moderno. Estar a la moda y parecer mejor de lo que realmente soy es una enfermedad espiritual.

El reconocer y admitir mi debilidad es el principio de una buena salud espiritual. Pedirle a Dios todos los días que me ilumine, que reconozca Su voluntad y que tenga la fortaleza para cumplirla, es una señal de salud espiritual. Un síntoma de excelente salud espiritual es saber que cuanto más mejoro, más me doy cuenta de lo mucho que necesito la ayuda de los demás.

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