Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos.
DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 57
Ya que es verdad que Dios viene a mí a través de la gente, puedo ver que si mantengo a distancia a la gente, también lo estoy manteniendo a distancia a Él. Dios está más cerca de mí de lo que yo creo y puedo experimentarlo a Él amando a la gente y permitiendo que la gente me ame. Pero si yo dejo que mis secretos se interpongan, no puedo amar ni ser amado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario